¡Lo que buscamos está adentro nuestro y la experiencia lo refleja! Soy Agustina Barbosa, educadora del MALBA en Argentina, y en este post les cuento mi experiencia en el Área de Educación del Thyssen.

Recuerdo el entusiasmo de ir a un país muy lejano al mío con la alegría de concretar un sueño. Conocer formas de trabajo, culturas, personas, calles y claro, proyectos educativos. En definitiva, emprender este viaje en al amplio sentido de la palabra, para seguir creciendo. En lo personal cuando pienso en educación pienso en percibir la vida, sus movimientos y en la sensibilidad de comprender realmente la necesidad y la búsqueda que emprende la persona que se brinda al juego educativo. Y en el Área de Educación del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza percibí esa intención: ponerse en los zapatos de otro (u otre) para así construir desde la escucha y no la imposición.

Fue un maravilloso descubrimiento para mí encontrarme con un grupo de profesionales cálidos y cercanos, que me recibieron con los brazos abiertos y me mostraron que somos una red de seres que nos alimentamos unos de otros; que las respuestas a las incógnitas a veces no se las tiene y la mayoría de las veces se las descubre en grupo.

En esta experiencia conocí enfoques educativos muy distintos y algunos muy similares a los familiares. Llamó mi atención el trabajo sostenido en el tiempo de un mismo grupo humano, en donde la repregunta, el cuestionamiento, la inclusión de un otrx en sus entramados, la mirada sensible y la duda, son herramientas valoradas para el trabajo.

Comprendí que mucho de lo que buscamos está en nosotrxs mismxs. Es importante valorar lo que somos y lo que damos. Todxs estamos en igualdad de condiciones. Es decir, no hay experiencias más o menos validas, si no experiencias, caminos trazados que siempre pueden aportar algo. Es cuestión de perspectiva y jugar con los focos de por dónde miramos lo que nos toca vivir.

También recorrí mentalmente mi camino como educadora y reafirmé la idea de que el hecho educativo está en la comunicación, en la escucha, en la empatía y no necesariamente en grandes y ambiciosos proyectos.

En este viaje (además) fui hospedada por una hermosa familia que me llenó de amor y de comida. Recordé que a veces la belleza está en lo simple, como comer rico, compartir un programa de televisión, llorar cuando se necesita, tener un momento de reflexión o una caminata al aire libre.

En un mundo preparado para la competencia y las comparaciones, descubrir la sensibilidad de la mirada inclusiva que busca generar lazos, siempre reconforta.

Agustina Barbosa. Educadora en Museo de Arte Latinomericano de Buenos Aires MALBA, Argentina.

Fecha de publicación:
20 de Abril de 2020
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Agustina Barbosa
Información sobre el autor:
Educadora en Museo de Arte Latinomericano de Buenos Aires MALBA, Argentina.

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