Sigo creyendo que en todas las profesiones estamos polarizados entre los que creen en las jerarquías verticales y en las imposiciones externas y los que consideramos que los procesos  deben ser...

En respuesta a una entrada de blog  anterior donde planteábamos las acciones que estamos desarrollando en estos momentos de cuarentena y distanciamiento social  Ana Abad Fernández, directora del  Centro de Día de Soporte Social Latina nos manda este mensaje: Que fantástica oportunidad de resignificar y seguir creando, buscando atajos y vías a la participación desde la no angustia.. Gracias!!! 

Y casi sin querer lo que iba a ser una contestación corta se ha con convertido en una serie de reflexiones que me gustaría compartiros. Quizá las palabras que más me han movido en su comentario son Resignificar  y Desde la no Angustia . Algo que me ha recordado la idea de que trabajamos en contextos de salud y ha esa parte apelamos, para nuestro trabajo. Recordar siempre que trabajamos con personas y que lo importante , en virtual o en presencial es humanizar, tejer afecto y naturalidad y por ahí ha comenzado mi respuesta, por el agradecimiento por lo aprendido y lo compartido:

Gracias a vosotras Ana, a las profesionales de la red de las que aprendemos constantemente, es maravilloso cuando uno se encuentra equipos que recogen las ideas y las convierten en  alas para poder volar. Tú, María Samantha, Inma, Gemma, Rocío, Debora, Luz, Paula, Javi, Elena... y el resto de personas que en algún momento se han implicado en el proyecto, PCEA o esto nuevo que estamos creando.... como Alberto o Raúl. La verdad es que si algo  hemos sacado en claro en esta red es que no trabajamos con la enfermedad, trabajamos con la parte sana de la persona, que es mucha y siempre nos sorprendemos de lo que se expande cuando le das respeto, escucha y espacio... Así que si trabajamos con la parte sana de las personas por que no hacerlo con la parte no patológica de las situaciones. Por qué no trabajar desde el afecto, desde el cuidado y desde el generar red pensando en la necesidad básica del otro y no en la nuestra o en la de las instituciones...

Y en esta situación nos hemos encontrado que la gente con la que trabajamos, a la que admiramos por su lucha cotidiana y a la tratamos de acompañar de la mejor manera posible lo que necesitan es un espacio natural, un marco y un encuadre justificado para poderse comunicar, preocupar, dialogar, escuchar, estar presentes. 

Que al final la gente tenga diagnosis o no son personas y necesitan lo que necesitamos todos: desear, emocionarnos, amabilidad y confianza, un lugar donde conoce las reglas del juego y puede relajarse, una cara amiga que te diga: no pasa nada, pero vamos a intentar de otra manera... En esta situación todo resulta demasiado extraño y hasta agresivo para tener que seguir tenso en nuestros espacios. No podemos llegar a todos, pero increíblemente estamos llegando a gente que antes en lo presencial no llegábamos. 

No todos los que están participan y es una buena manera mientras otros lo hacen algunos simplemente están:

En cuanto a nosotros y nuestra presencia ya estamos descubriendo que si no te haces presente tampoco pasa nada y el grupo se autorregula entre los que participan. Hay cosas que aún nos cuestan, sobre todo esas que pensamos como deberían ser y que la propia dinámica del grupo lleva por otro lado, aunque a nosotros nos cuesta renunciar a aquello que habíamos pensado... Esos pequeños residuos que hay que ir aprendiendo a limpiar, a dejar que las cosas sean por si y en si, no por y para nosotros. Será así como seremos más fieles a nuestras instituciones, dejando que las voces surjan y acomodando la nuestra al coro. No sólo hemos de aprender a trabajar con la parte sana de las personas y las situaciones, también hay que aprender a trabajar con la parte sana de nuestras profesiones, no con aquella  que escribe la hoja de ruta en  futuro , sino con la que se convierte en relatora y testigo de lo ya pasado. Con la que está en el presente y en el ahora, con la que se pregunta ¿y ahora qué?, con la que no se pregunta y siente el impulso, lo escucha  y actúa... No con la que piensa en lo que nos conviene sino la que ve y entiende lo que se necesita.... pero que también revisa, consulta, evalúa y dialoga. y por eso lo entiende.

Sigo creyendo que en todas las profesiones estamos polarizados entre los que creen en las jerarquías verticales y en las imposiciones externas y los que consideramos que los procesos  deben ser lo más horizontales posible, espacios donde se comparta, se genere red y el protagonismo sea de las personas y de los afectos.

Creo que en eso estamos la educación, la psicología, la psiquiatría, la medicina, los museos, la Terapia ocupacional, la educación en museos, la universidad... Y sigo creyendo que es hora de llamar al diálogo conjunto a todas esas mitades profesionales que entendemos  el protagonismo debe recaer en las personas y que ese agenciamiento y su poder de transformación es lo que nos puede dar una oportunidad para transformar Que esa es nuestra parte sana, con la que queremos y debemos trabajar por qué ya hemos visto mucho de cómo funciona esa otra mitad y como lo que genera  es una iatrogenia que no soluciona sino que genera inercia y anquilosa.

Resignificar desde la no angustia... me  gustaría pensar que eso es lo que hacemos y lo que aportamos en estos tiempos, me gustaría pensar que podremos dialogar desde ahí para transformar.

Fecha de publicación:
5 de Mayo de 2020
Imagen
Alberto Gamoneda

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