1 de mayo: museo cerrado.

El artista Friedensreich Hundertwasser establece que el ser humano está formado por cinco pieles. Fuera del hombre, cuerpo y la ropa, la cuarta piel es la que nos conecta con el resto de la sociedad, es nuestra identidad, nuestro entorno, nuestro barrio.

Para los docentes que nos reunimos en el encuentro Al salir de clase: Barrio, barrio, barrio, el barrio es el espacio donde podemos ir en zapatillas, sacar la silla a la calle para conversar con los vecinos, nos conocen por nuestro nombre, nos fían, donde nos atienden sin pedir en el bar porque saben lo que nos gusta o podemos comprar productos de proximidad en el mercado, el lugar donde se vive frente al lugar donde se duerme, el epicentro de nuestras fiestas…

El barrio es una tutoría ampliada donde los niños aprenden los límites de un entorno seguro, lo que se puede y no se puede hacer, donde jugar. Las calles que conforman nuestros barrios son el espacio donde podemos detenernos para hablar y donde se enraíza nuestra infancia y adolescencia.

Nuestros recuerdos están tejidos a las calles de esos barrios. Y, desde esa perspectiva, el espacio cobra nuevo significado. No son sólo calles, mobiliario o edificios. Al sentir este espacio como algo propio, lo valoramos, renovamos nuestro sentido de pertenencia y las calles nos empiezan a hablar generando identidad y comunidad.

En este encuentro contamos con Yolanda Riquelme que nos invita a reflexionar como el espacio público que compone nuestros barrios no es algo neutro. No son sólo calles y mobiliario deshumanizado o conquistado por el turismo que se extiende por las ciudades engulléndolo todo y transformando las urbes en algo homogéneo e igualitario dedicado sólo por y para el viajero, para el que está de paso.

Valoramos como se trata de hackear el espacio público porque es nuestro espacio y si lo entendemos así, como un espacio donde discurre nuestra trayectoria vital, empezamos a reivindicar su pervivencia. Recuperamos la memoria de lo desaparecido o de las figuras ausentes, lo convertimos en un espacio de lucha, buscamos nuevos usos y aprendemos a convivir con otras especies que aún perviven en nuestros barrios. En definitiva, lo sentimos como algo nuestro y podemos activar los espacios para buscar su máximo potencial.

Para Italo Calvino "Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque (…) pero estos trueques no lo son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de deseos, de recuerdos".

Con Salvador y Eva trabajamos el espacio público desde algunas obras de la colección del Museo Thyssen poniendo énfasis en el juego y posibilidades que pueden generar las ventanas teniendo como punto de partida la obra de Hopper, las huellas presentes en el espacio urbano desde la mirada de George Grosz, la importancia de la plaza con los artistas holandeses, el brutal impacto del turismo tomando como referencia las vistas de Canaletto o la ciudad como reflejo de la historia con la obra de Jan van Kessel III.

Yolanda Riquelme, de la Liminal, nos hizo participes de como existen diferentes formas de percibir los espacios de la ciudad y, de relacionarse con estos dando pie a la aparición de rutas que reivindican espacios que desaparecieron o con intervenciones urbanas de colectivos como Elgatoconmoscas, Órbita Diversa, a la cuentista Fréderique Soulardmadre de las damas del asfalto y creadora del proyecto homónimo Belles de Bitume, a Jane Butzner Jacobs y los Jane´s Walk o los paseos de Richard Long.

Las aplicaciones al aula son infinitas como el Paseo áureo desarrollado por el IES Gerardo de Diego, rutas feministas, recorridos virtuales aprovechando la tecnología de Google Maps, actividades como la dinámica del cuchicheo o las propias investigaciones caminadas desarrolladas por La Liminal con sus activaciones sensoriales, paseos poéticos, rutas de las emociones o el homenaje a las lavanderas desarrollado en Arganzuela.

Un encuentro eminentemente práctico donde recorremos los espacios y obras del museo para crear nuestras propias rutas. Para, a continuación, dejar que las calles de la ciudad nos hablen y poder plantear nuestros propios recorridos e intervenciones urbanas. Así, se propusieron... En una primera ruta, guiarán nuestros pasos las respuestas que damos a unas sencillas preguntas. En la segunda, nos detendremos a observar espacios empatizando con las vivencias y diferentes formas de entender el espacio urbano de un padre y su hijo. Las nuevas tecnologías permitirán fundir pasado y presente de los habitantes que transitan por un mismo espacio de la ciudad en una imagen. Otra de las rutas nos permite recuperar la visión de la ciudad, de los que ya no están, sus antiguos habitantes y esos oficios desaparecidos. O el juego, siempre presente, nos servirá para dibujar un edificio presente en una obra de la colección a partir de las descripciones a ciegas.

Fecha de publicación:
1 de Abril de 2024
Imagen
Silvia López Gallegos
Información sobre el autor:

 

Jefa de Departamento de Geografía e Historia del IES Campos y Torozos.

Profesora de Historia del Arte e investigadora. 

 

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